Cristales aparentemente ordinarios que podrían ayudar a predecir erupciones volcánicas

Etna en erupción
Etna en erupción. Foto: Romgiovanni (Wikipedia Italiana)

Pueden parecer discretos y ordinarios, y la mayoría de la gente no los notaría, pero pequeños cristales presentes en rocas volcánicas como la lava, podrían ser la clave para comprender mejor los avisos de futuras erupciones volcánicas.

Los cristales se forman dentro del volcán cuando la roca fundida, el magma, comienza a ascender desde profundidades de hasta 30 km hacia la superficie de la Tierra. Los cristales son arrastrados dentro del magma en erupción y, a menudo, continúan creciendo a medida que son transportados. Es importante destacar que también cambian su composición de camino a la superficie.

Dos científicos, la Doctora Teresa Ubide de la Universidad de Queensland (Australia ) y el Profesor Balz Kamber del Trinity College de Dublín, realizaron la investigación en un proyecto financiado principalmente por la Fundación Científica de Irlanda (Science Foundation Ireland). Utilizaron una técnica de láser para examinar el interior de estos cristales de una manera innovadora. Y lo que descubrieron es que los cristales contienen una memoria en forma de capas de crecimiento que se parecen a los anillos de los árboles. La lectura de la historia que cuentan estas capas puede llevar a una vigilancia más eficaz de los riesgos volcánicos, incluso para volcanes inactivos.

La Dr. Ubide cuenta que: “Básicamente, ‘registran’ los procesos justo antes de que comience la erupción. En el Monte Etna, encontramos que la llegada de un nuevo magma a 10 km de profundidad es un desencadenante muy eficaz de las erupciones, que suceden en solo dos semanas”.

“Por lo tanto, los temblores de tierra a la profundidad de la recarga de magma deben tomarse como signos graves de posibles erupciones inminentes. En otros volcanes, el método permitirá establecer la relación entre la profundidad de recarga, la frecuencia de recarga y la eficiencia de la erupción. Esto puede ayudar a los científicos a relacionar mejor los signos físicos de recarga con el potencial de erupción”.

El hallazgo se publicó en la revista Nature Communications. La investigación se llevó a cabo en el monte Etna, en Sicilia, que es el volcán más activo de Europa. El equipo de la Dr. Ubide ahora planea utilizar el mismo enfoque en otros volcanes del mundo y combinar la información con los signos geofísicos del movimiento de magma.

Sigue siendo muy difícil predecir las erupciones volcánicas, como lo demuestra la erupción en el Monte Agung en Bali, que comenzó en noviembre de 2017 después de dos meses de terremotos precursores. Produjo la evacuación de más de 70000 personas y causó interrupciones masivas en el tráfico aéreo y el turismo, afectando a más de 100000 viajeros.

El profesor de Geología y Mineralogía en el Trinity College, Balz Kamber, agregó: “El nuevo enfoque también puede ser útil para estudiar volcanes que han permanecido inactivos, como el volcán en erupción en la isla de Kadovar, en Papua Nueva Guinea”.

“Para muchos volcanes no hay historia de erupciones, pero los geólogos pueden recolectar lavas de erupciones pasadas y estudiar sus cristales”.

Texto de Trinity College Dublin.

El artículo original en Nature Communications: http://dx.doi.org/10.1038/s41467-017-02274-w

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